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Noticia - Disfruta de los petroglifos de las Rías Baixas bajo las estrellas

Disfruta de los petroglifos de las Rías Baixas bajo las estrellas

En la provincia de Pontevedra podemos encontrar una gran variedad de grabados del Neolítico para conocer cómo era la vida de nuestros ancestros

Perderte por las Rías Baixas en busca de sus petroglifos te acercará a maravillosos valles del interior y pueblos próximos al mar y a los ríos. De norte a sur podemos visitar el Parque de Arte Rupestre Campo Lameiro, que es donde encontramos una mayor concentración de grabados, el Área Arqueológica de Tourón, en Ponte Caldelas, el Área Arqueológica de Mogor, en el municipio de Marín, y por último, el Área de A Cabeciña en el municipio del Baixo Miño de Oia.

Noitepedras, una alternativa para disfrutar de los petroglifos de Campo Lameiro en las noches de verano

Trasladarte hasta el Parque Arqueológico del Arte Rupestre Campo Lameiro es como hacer un viaje en el tiempo. Situado en una ladera de veinte hectáreas encontramos la mayor concentración de figuras de arte rupestre al aire libre de Europa. En este lugar, podremos disfrutar de un hermoso paseo divisando los petroglifos, visitar la exposición de su moderno edificio y disfrutar de unas maravillosas vistas a la sierra de O Galiñeiro.

Las visitas a este recinto ofrecen una propuesta nocturna que celebra este año su tercera edición, Noitepedras, una experiencia cultural que permite visitar el parque cuando cae el sol y las estrellas iluminan la noche. Se llevará a cabo el 27 de julio y del 3 al 10 de agosto, incluyendo también los días 17, 24 y 31 de este mes, a las 22:00 horas, con un precio de 10 euros para adultos y 8 para niñas y niños. También hay visitas durante el día de martes a domingo con tres turnos a las 12:30, 18:00 y a las 19:30 horas.

El agradable itinerario por la ruta de los petroglifos de Campo Lameiro cuenta con nueve paradas, cada una con un mural en roca natural en el que nuestros antepasados representaron escenas de caza, misteriosos laberintos, armas y otras escenificaciones. Ejemplo de ello son el de la Laxe dos Carballos, con magníficos lienzos de grandes dimensiones labrados en piedra en los que se distinguen perfectamente varias escenas, o el Outeiro dos Cogoludos, donde sentiremos la magia de los laberintos de la Edad de Bronce.

La visita al área arqueológica finaliza con la parada en la recreación de un poblado de la Edad de Bronce, donde encontramos varias cabañas, estructuras de almacenamiento y cercados para los animales. Además, podremos disfrutar de la exposición dentro del edificio del Parque Arqueológico de Arte Rupestre, dividida en ocho sectores con paneles, pantallas o antiguas piezas halladas en las excavaciones como machados o puntas de flecha. También podremos visitar la reproducción de una cabaña y contemplar una réplica a tamaño natural de un cazador.

Visita algunos de los grabados más singulares de Galicia en Tourón

El Área Arqueológica del monte de Tourón, en Ponte Caldelas, es una buena antesala para conocer más a fondo la historia de los petroglifos que se encuentran por toda la zona de las Rías Baixas. El recinto, de más de 150.000 metros cuadrados, nos permite visitar cinco estaciones con grabados realizando una ruta de gran belleza paisajística.

Las visitas al yacimiento son totalmente libres y gratuitas, y pueden realizarse fuera del horario del centro arqueológico, ya que el recorrido está totalmente señalizado. A mayores, para aquellas personas curiosas y con ganas de saber más, existe la posibilidad de concertar visitas guiadas en el teléfono del Centro Arqueológico de Tourón.

Este parque contiene el conjunto de grabados rupestres más singulares de Galicia. Estas escenificaciones representan una gran variedad de motivos que van desde las combinaciones geométricas hasta las habituales escenas de caza. Hay composiciones más complejas como la de Laxe das Cruces y otras más sencillas como Forcadela.

Contempla el Laberinto de Mogor a la luz de la luna

El Área Arqueológica de Mogor, en el municipio de Marín, es un conjunto de grabados situados en la zona costera de la provincia de Pontevedra. Cercanos tanto al mar como al río se encuentran en un entorno de pequeñas colinas y valles fluviales.

Su Centro de Interpretación dos Petroglifos dispone de visitas nocturnas gratuitas de una hora de duración en viernes alternos durante los meses de julio y agosto, que comienzan a las 22:30 horas. Además las visitas diurnas de la temporada de verano son de 11:30 a 13:30 horas y de 18:00 a 21:00 horas, por lo tanto cinco horas diarias, a excepción de los lunes, en los que permanece cerrado. Para aquellos que quieran disfrutar de una visita guiada de media hora son a las 12:30 horas y a las 20:00 horas.

La variedad de petroglifos de este centro es muy diversa, desde las más sencillas cavidades, cazoletas, pasando por combinaciones circulares, hasta escenificaciones de armas, animales y representaciones humanas. El más conocido de todos es el denominado Laberinto de Mogor, gracias a su gran dimensión y buen estado de conservación, un motivo atípico en el conjunto del arte rupestre gallego, de los que se conocen apenas cinco, todos ellos en las Rías Baixas.

Pisadas del Neolítico bajo las estrellas en el municipio de Oia

El yacimiento arqueológico más al sur de la provincia de Pontevedra de entre nuestras propuestas es el del área de A Cabeciña , en la localidad de Oia, formado por el castro y los petroglifos de A Cabeciña en la Sierra de A Groba y a casi 150 metros sobre el nivel del mar.

La Asociación Costa dos Castros ofrece un programa de visitas guiadas gratuitas hasta el 16 de septiembre. Las visitas nocturnas se realizan los viernes, a los petroglifos de A Cabeciña, y los sábados, a los grabados de Auga dos Cebros, a las 22:30 horas, previa inscripción en el número de teléfono 689355713 o en el correo electrónico de la asociación costadoscastros@gmail.com. Los miércoles las visitas diurnas son a las 12:30 horas con itinerarios por el castro y los petroglifos de A Cabeciña.

La estructura del castro es una atalaya de defensa sobre la que se levanta un poblado con un muro de unos 100 metros de longitud para proteger un recinto de cerca de 5.500 metros cuadrados de superficie. Este asentamiento se caracteriza principalmente por contar además del castro, de un conjunto de excepcionales petroglifos que son muestra de la vida que hubo en el lugar durante miles de años.