Elige la playa más cercana para acceder con tu mascota
Desde la página oficial de Red Canina se hacen eco de las playas que permiten adentrarse en sus arenales con nuestras mascotas los canes. Es un placer conocer y mostrar al público estas playas para todas y todos los interesados, especialmente cuando la legislación es más restrictiva al respecto.
En la provincia de Pontevedra, de norte a sur, localizamos la primera playa canina en Vilagarcía de Arousa. Concretamente en la playa de O Castelete, al lado mismo de una carretera y que ya anteriormente era transitada por bañistas con sus mascotas.
Más al sur, encontramos las playas de O Portiño y O Espiño en O Grove. Ambas playas están prácticamente juntas, al lado del puerto deportivo de San Vicente do Mar.
En Cangas localizamos la Playa Cunchina junto a la antigua conservera Massó. Al mismo tiempo, las de A Congorza y Lagoelas del mismo municipio fueron cerradas para los canes.
Continuando en la ría de Vigo, en el municipio de Redondela se concedió espacio para los animales en dos arenales. El primero dispone de 150 metros en la playa de Cesantes, conocida por windsurfistas y skysurfistas, ahora en su parte central permiten pasearse con los perros. Más escueto es el caso de la playa de Chapela, entre los arenales de Arealonga y Penedos se encuentra una cala que permite adentrarse en la arena cuando la marea está baja.
Es conveniente tener en cuenta echar un vistazo cada verano a las playas afortunadas, porque podría ocurrir que de un año a otro se denegase el permiso
A espera de que las próximas temporadas abran más espacios para los perros, estás son las playas en las que se puede transitar con el animal, por lo menos en época estival. Hay que recordar que estas concesiones son realizadas por los ayuntamientos para evitar conflictos entre las personas usuarias, pues no existe ninguna ley a nivel estatal o de la Xunta que prohíba expresamente el acceso de los animales.
También es conveniente tener en cuenta echar un vistazo cada verano a las playas afortunadas, porque podría ocurrir que de un año a otro se denegase el permiso como fue el caso de la playa de perros de A Toxa de 2016.