La Celebración se lleva a cabo a los 60 días después del Domingo de Resurrección. Los vecinos confeccionan alfombras florales en las calles, adornando el recorrido por el que pasará la procesión.
La influencia marinera se percibe en cada rincón en A Guarda.
Una villa abrazada por el río Miño y el océano Atlántico, cuyo centro de vida y ocio gira alrededor del puerto.