El castro consta de un único recinto de forma circular aunque con un leve alargamiento. En el interior mide unos 93 metros y el exterior 105 metros, aparece defendido por un terraplén cuya caída se prolonga con la pendiente natural de los terrenos, contando así las estructuras con unas magníficas defensas.
Se trata de una fortificación anterior al imperio romano para defender el territorio, de ahí su ubicación en la parte alta del terreno y con difícil acceso.