Se trata de un pazo del siglo XVIII construido como torre fortaleza para frenar tropas francesas durante la invasión napoleónica en tierras del Condado del Tea.
Se trata de un espacio que antiguamente albergaba dos fábricas de salazón catalanas. Actualmente está musealizado para difundir esta actividad de los habitantes de las rías gallegas.
El municipio de Marín cuenta con un museo que homenajea a la tradición y a aquellas personas que con su trabajo, esfuerzo y sacrificio han dedicado su vida al mar.