Ruta circular marcada por la gran impetuosidad de carballos, castaños y pinos, entre molinos, fuentes y lavaderos que desciende entre arroyos. Claro ejemplo de la transcendencia que el agua tuvo en la vida cotidiana.
Fue construido sobre una pequeña ermita, de nombre Égica, por los discípulos del Maestro Mateo, con una ornamentación estrechamente vinculada a la Catedral de Santiago.