Castillo de Sobroso
Escenario de grandes batallas y rodeado de un entorno paisajístico singular, el castillo de Sobroso es uno de los máximos exponentes del patrimonio fortificado de la provincia de Pontevedra. Situado en lo alto de una colina en Vilasobroso (Mondariz), a más de 300 metros sobre el nivel del mar, esta impresionante fortaleza medieval impacta tanto por su belleza como por su perfecto estado de conservación.
El castillo de Sobroso está custodiado por un gran parque forestal en el que conviven árboles autóctonos con otros ejemplares, ofreciendo a quienes visitan el lugar una hermosa senda botánica para disfrutar de un paseo, contemplar su extraordinaria belleza natural y una fantástica panorámica.
Construida en el siglo XII, la fortaleza está formada por un muro exterior de 140 metros, una torre de planta rectangular y un cuerpo residencial a dos alturas, cuya parte alta estaba reservada para la nobleza y la inferior para el cuerpo de guardia. La Diputación de Pontevedra, encargada de la gestión y del mantenimiento del castillo de Sobroso, realizó una innovadora musealización en su interior para ponerlo en valor y reforzarlo como atractivo patrimonial y turístico. Las y los visitantes pueden conocer su historia, la importancia que este tuvo en el territorio durante el medievo y a personajes relacionados a través de audiovisuales, cajas mágicas, videomapping, juegos de luz y sonido en las distintas salas. Las entradas para visitar el castillo y su museo están disponibles en la página web de la fortaleza.
Personajes de gran relevancia para la historia de la provincia de Pontevedra protagonizaron diversas luchas de poder. En 1117 Doña Urraca fue asediada en la fortaleza por su hermana Doña Teresa y los partidarios de su hijo Alfonso, el futuro primer rey de Portugal, aunque, según cuenta la leyenda, Doña Urraca lograría escapar por unos pasadizos subterráneos. Más tarde, en nombre del rey, Pelayo Muniz habitaría el castillo, y tras la llegada de los Reyes Católicos, se convertiría en la residencia de grandes familias nobiliarias como los Sobroso, los Sarmiento y los Sotomayor, estas dos últimas enfrentadas por la propiedad de la fortaleza.

Su privilegiada situación próxima al río Miño, límite natural con el país luso, permitía el control de las comunicaciones entre el interior y el mar del obispado de Tui, en un enclave en el que naturaleza y patrimonio conviven en perfecta armonía.