El puente de Rande, uno de los iconos de As Rías Baixas, cambia su silueta
El puente de Rande, abierto al tráfico en febrero de 1981, se ha convertido en parte imprescindible del paisaje de As Rías Baixas, y ahora, 35 años después, su silueta ha empezado a cambiar. Las obras de ampliación del viaducto ya hacen visible la transformación en la fisonomía de las pilas, que han sido reforzadas a partir del tronco para sostener los dos futuros tableros laterales, cada uno con un carril.
Los pilares presentaban desde su construcción una forma de H, mientras que ahora han sido ensanchados en su tramo superior hasta la corona, situada a 120 metros de altura sobre el nivel del mar, para soportar la nueva carga. El puente tiene ahora ochenta tirantes para sostener el tronco, y pasarán a duplicarse. Las piezas que han modificado ya la silueta de las pilas están instaladas al completo (como se puede apreciar en las imágenes), pero el cambio más visible se producirá en los próximos meses con la incorporación de los tableros.
Por ahora ha llegado a Rande la primera pieza, denominada "dovela cero", con una longitud de 47 metros, una anchura de ocho y 180 toneladas de peso. La dovela está fijada a la pila más cercana a la orilla de Moaña y Vilaboa. Posteriormente se adosarán las siguientes dovelas, 76 en conjunto, a uno y otro lado del viaducto, en una compleja y espectacular operación hasta completar la estructura de los dos carriles. Por el puente llegan a transitar en julio y agosto, con el intenso tráfico a las playas de O Morrazo en los días de buen tiempo, 70.000 vehículos diarios.