El legado romano de Rías Baixas
Villas romanas
Si hablamos de citanías romanas, una de las más conocidas en la provincia es la aldea romana de Toralla. Conocida también como finca Mirambell, tiene la particularidad de que es la única villa romana de la comunidad gallega que se ha excavado íntegramente y se puede visitar. Data de los siglos IV a V después de Cristo y se encuentra cerca de la popular playa de Samil, Vigo.
Además de esta villa, otros restos arqueológicos permiten suponer la existencia de enclaves romanos en puntos como Santa Trega (A Guarda), donde existe un poblado castreño, al igual que en castro Alobre (Vilagarcía de Arousa) y el de Doade (Lalín). Mientras que en el yacimiento de A Lanzada se sitúa una antigua necrópolis, al igual que el Adro Vello de O Grove. Por su parte, los restos de Iglesia Vella (Valga), es del siglo IV d. C. tardo-romano que se reutilizó hasta el XVIII. Y aunque no está conservada para visitas, otro yacimiento sería el de Porta de Arcos (Rodeiro).
Salinas romanas
A pesar de que en muchas partes de la costa pontevedresa existen otras salinas romanas como en Bueu, A Illa de Arousa, O Grove u Oia, es la de la ciudad de Vigo la que cuenta con una de las más relevantes además de única en el mundo. Se trata de Salinae, la única salina marina de evaporación solar que se conserva y se puede visitar de todo lo que fue el Imperio Romano. Ahora está gestionada por el Museo del Mar de Galicia, y se localiza en la zona del Arenal de Vigo.
Puentes romanos
También son numerosos los puentes construidos en aquella época y que magistralmente aguantan el transcurso del tiempo. Férreos pasos por los que en muchas ocasiones cruzamos sin darnos cuenta de la historia que hay debajo de nuestros pies.
En 1809 el puente de Achas (A Cañiza) sería testigo de una contienda en el que españoles e ingleses lucharon conjuntamente contra los franceses. En el caso del puente de Pontecesures, historiadores indican que el origen de su construcción viene de la mano de César Augusto. Data del siglo I.
El puente original de Ponte Sampaio, donde se vivió una decisiva batalla en la expulsión de los franceses también en 1809, fue construido en la época romana, si bien la estructura actual corresponde a la Edad Media. La conmemoración de la batalla se recrea anualmente en el mes de junio.
Otros puentes de origen o posible origen romano serían los de Noceifas (A Cañiza), Cernadela (Mondariz), Mañufe (Gondomar) y Bermaña (Caldas de Reis), que es paso también del Camino Portugués.
En el caso del puente "romano" de Pintelos, el nombre se debe a la leyenda de que debajo del mismo los romanos construyeron túneles para esconder ciertos tesoros. Cruza el río Deva en A Cañiza.
Vías Romanas
Se trata de las Vías Atlánticas que utilizaba el antiguo imperio desde Braga (Portugal) hasta Lugo, también conocido como itinerario Antonino (Bracara Augusta –Lucus Augusti). Data del siglo II d. C. y buscaba dinamizar las conexiones entre ciudades, ya sea por interés militar o comercial.
En la actualidad se busca proteger y conservar, además de valorizar como espacio natural y cultural a través de la promoción turística. En su paso por Pontevedra distinguen hasta cuatro etapas.
Vicus Spacorum
El legado romano se completa de la mejor forma posible a través de la celebración Vicus Spacorum. Una fiesta que se organiza en septiembre en el barrio de Pau de Navia de Vigo y que en 2018 llegará a su edición número VII.
Como curiosidad final, en 2017 se presentó el libro Deza Augusta de Manuel Mosquera Fernández, sobre la historia de la comarca de Deza y en el que expone la posibilidad de que dicha comarca fuera capital de la antigua Galhaecia.
Además de estos recursos romanos, la provincia cuenta con numerosos complejos arqueológicos de la misma época pertenecientes a la cultura castreña.