Ruta literaria por los escenarios de Domingo Villar

Prepara tu viaje por las playas, costumbres e iconos arquitectónicos de la ría de Vigo de la mano del inspector Leo Caldas

 

«A pesar de que varios siglos de azote vikingo habían despoblado la franja litoral de la península de O Morrazo, la iglesia parroquial de Tirán había sido levantada a finales del siglo XII sobre un cantil rocoso al borde del mar. […] Al frente, en la otra orilla de la ría, la ciudad de Vigo aparecía tendida como un animal dormido al borde del agua».

De esta evocadora forma presentaba el escritor Domingo Villar los escenarios principales de su novela El último barco. Las dos orillas de la ría de Vigo centran la investigación del último asesinato a cargo del veterano inspector Leo Caldas. Tras resolver con éxito dos casos anteriores que transcurren entre Vigo y Nigrán y que llegaron al público bajo el título Ojos de agua y La playa de los ahogados, en esta última entrega de la saga la trama principal cuenta la historia de una viguesa que se marcha a vivir a Moaña en busca de tranquilidad y espectaculares paisajes.

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  • Iglesia San Xoán de Tirán (Moaña)
  • Mirador de A Mona (Moaña)
  • El Ensanche de Vigo
  • Templo Votivo (Nigrán)

Los libros de Villar son una invitación a conocer el territorio literario en el que habitan sus personajes. El último barco, su último superventas, mantiene al lector en tensión constante tras la pista de Mónica Andrade. Caldas avanza en su investigación entre la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMAO) de Vigo, un edificio del Ensanche encargado a Pacewicz, y los alrededores de la iglesia de Tirán en Moaña, donde se narran escenas clave y se desvela el gran misterio que rodea a la protagonista.

 

El interés despertado por el preciosista relato de Villar ha dado pie a varias rutas literarias por Moaña que parten del templo románico de San Xoán de Tirán, a orillas de la ría de Vigo, y continúan por el mirador de A Mona, la playa de Videira, la fuente del Cristo das Boas Augas y llegan hasta la Cova da Lontra. De ella, se cuenta en el libro que «está habitada por una nutria que desgarraba las redes de los marineros para comerse la pesca».

Villar describió con detalle la fuerte vinculación del barrio con la pesca, la ría de Vigo y el constante flujo de personas entre ambas orillas. También fue capaz de evocar sensaciones tan particulares como la brisa que golpea a los protagonistas al cruzar en coche el puente de Rande, que define la silueta de la ría de Vigo y es el nexo de unión entre los dos escenarios de la trama.


Una lengua de tierra entre acantilados

Monteferro es una lengua de tierra que se adentra en el mar rodeada de acantilados. Al noroeste se levantan los restos de una base militar abandonada y en lo alto de la ladera, a 147 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un gran monumento granítico en honor a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. Además de su rico patrimonio histórico, también se ha descubierto en la zona un depósito arqueológico de restos romanos. Se trata, asimismo, de un lugar con vistas excepcionales para disfrutar de un atardecer frente a las Cíes.

El último barco es un viaje paisajístico y emocional por los vínculos que unen Vigo y Moaña, a diferencia de La playa de los ahogados, que transcurre en Panxón (Nigrán) y constituye un tratado sobre la pesca artesanal en As Rías Baixas.

La elección de escenarios nunca es casual. Nigrán fue el lugar de veraneo del escritor vigués durante más de tres décadas.

El cuidado por los detalles y el cariño con el que se describen los escenarios convierten La playa de los ahogados en un pretexto inmejorable para organizar una escapada al sur de la provincia de Pontevedra

El punto de partida es la aparición del cadáver de Justo Castelo en la playa de A Madorra. Las pesquisas llevan a Leo Caldas al Bar Refugio del Pescador, que sintetiza a la perfección el carácter de la gente del lugar, el Templo Votivo del Mar y le permiten vivir un inolvidable atardecer en Monteferro con vistas a las Estelas y Cíes.

Además de buenas historias siempre trazadas al borde del mar, las lectoras y lectores encuentran en los libros de Villar información sobre el patrimonio local y un listado muy personal con rincones poco conocidos del litoral de As Rías Baixas. Ahora sólo queda responder a esta invitación literaria y seguir los pasos de Leo Caldas.

Puerto de Panxón