Diversión y mucha, mucha agua
En cuarenta años Vilagarcía de Arousa ha visto como un grito espontáneo en mitad de una celebración pidiendo agua a la vecindad se ha transformado en una tradición declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Como tal, copa los medios de comunicación ese día gracias a lo que tiene de curiosa.
Cada mediodía del 16 de agosto la capilla de San Roque recibe a su santo, llevado en procesión desde la iglesia parroquial de Santa Olaia. Una vez entra, de espaldas a la iglesia y mirando siempre a los fieles, empieza la fiesta.
Ayuntamiento e iglesia no estaban de acuerdo al principio, pero terminaron por aceptarla e integrarla en las fiestas de San Roque, convirtiéndose en protagonista absoluta y en el evento que más poder de convocatoria tiene en estas celebraciones. Tras la lectura del pregón las calles se convierten en una ducha colectiva con la ayuda de los bomberos, protección civil y los propios vecinos armados desde las ventanas y balcones de sus casas de cubos y mangueras.
Otra de las procesiones es la de San Roque Pequeno, que ya cuenta con más de 100 años de tradición. Tiene lugar la víspera de la Fiesta del Agua en el propio barrio de San Roque y la organiza la vecindad, tras desplazar la fiesta oficial a la alameda y al muelle. Durante la procesión vespertina, a las 8 de la tarde, se traslada el santo a la iglesia parroquial. Las personas que lo portan llevan traje blanco y fajín rojo y van acompañados del cura y las autoridades.
Fiesta de la almeja de Carril
Como toda fiesta que se precie en Galicia, va acompañada de su exaltación gastronómica, en este caso de la almeja de Carril. Se celebra desde 1992 y se degustan más de 2.000 kilos de almejas a la marinera. El cierre de las fiestas patronales lo ponen el combate naval y el desfile de carrozas. El primero es uno de los espectáculos pirotécnicos más importantes de la provincia de Pontevedra. Mientras que el segundo consiste en un desfile de charangas, grupos de animación y pasacalles con música tradicional. Atracciones, verbenas, conciertos, actividades deportivas y salones gastronómicos completan los días grandes de Vilagarcía de Arousa, en una perfecta simbiosis entre religión y ocio.
Para los que deseen empaparse se recomienda asistir con atuendo ligero como sandalias y bañador y, si es posible, alguna ropa para cambiarse posteriormente, además de dejar a buen recaudo cualquier dispositivo electrónico susceptible de dañarse con el agua.
