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Rapa das Bestas de Sabucedo

Sabucedo cabalga sobre un mar de crines

Medios de todo el mundo asisten impresionados a la celebración de la Rapa das Bestas

Cuerpo a cuerpo. Así es la lucha ancestral en la que aloitadoras, aloitadores y caballos se sumergen en el Curro do Campo do Medio, en la parroquia estradense de Sabucedo. Según la leyenda, dos hermanas ofrecieron a San Lorenzo, patrón del lugar, dos yeguas. La ofrenda se completaría si se salvaban de una peste que, imparable, asolaba el pueblo. La promesa se cumplió y nació la Rapa das Bestas. Siglos después, ya con la distinción de Fiesta de Interés Turístico Internacional, la rapa se conmemora a principios del mes de julio.

El curro de Sabucedo es el más internacional y en él se excluye el uso de cualquier palo o utensilio de ayuda que no sea la fuerza del ser humano.

Rapa das Bestas de Sabucedo
Rapa das Bestas de Sabucedo

La tradición forma parte del día a día de las vecinas y vecinos, que desde muy pequeños se adentran en el curro para ayudar a las aloitadoras y aloitadores, al principio con los potros. Del mismo modo, la costumbre de visitar Sabucedo por estas fechas y de colaborar con las tareas de reunión de las manadas en los montes próximos está muy arraigada en las gentes de las parroquias próximas, que durante décadas encaminaron a las yeguas y garañones (caballos macho) de cada manada hacia la aldea.

Desde hace unos años esta tarea –que antes se realizaba los sábados– tiene lugar durante la jornada del viernes. De este modo se reserva el fin de semana para el espectáculo del curro, para el que no suelen quedar entradas disponibles. Sea bajo un sol de justicia o en un día de menos calor, las gradas se llenan y las colas parecen interminables. Todo vale la pena para disfrutar de un espectáculo único.

Rapa das Bestas de Sabucedo

Durante el curro se cortan las crines de las yeguas y los caballos, que, además, son desparasitados. En primer lugar las crías se separan de sus madres y son los más jóvenes quienes se encargan de encaminarlos hacia un espacio habilitado para ello. Los aplausos parecen elevar su intensidad cuando los garañones se enfrentan, una imagen que ha dado la vuelta al mundo. Una vez rapados, los animales emprenden su trayecto hacia el enclave en el que descansarán hasta su vuelta a los montes.

El lunes se celebra un nuevo curro. Esta vez de carácter solidario, ya que se dona la recaudación a distintas causas benéficas. Hacia el mediodía, la tradición llega un año más a un nuevo punto y seguido, el que encamina a las míticas manadas de Sabucedo hacia su hogar, los montes estradenses.

Acampada, turismo rural y comidas en familia

Además de pernoctar en casas de turismo rural de la zona –que ofrecen especialmente el paquete TuriRapa a través de la asociación Mar de Compostela– Sabucedo propone a quienes lo visitan la posibilidad de acampar para disfrutar de esta tradición. Así, cada año se habilitan zonas específicas y gratuitas que ofrecen duchas y baños de uso público.

Por otra parte, es habitual ver cómo familias y grupos de amigos disfrutan de comidas campestres en el entorno del curro. En este espacio se instalan, además, diversos negocios como puestos de pulpería.

Rapa das Bestas de Sabucedo
Rapa das Bestas de Sabucedo

La cultura gallega tiene, además, una gran presencia en cada edición de la Rapa das Bestas, especialmente de la mano del festival Rapasóns. En el entorno puede realizarse, además, la ruta de los molinos de Vesacarballa. Una senda corta de gran belleza que cuenta con molinos recientemente restaurados. Puentes, un aserradero abierto a las visitas durante la Rapa, los propios molinos y distintos canales para el agua acompañan a quien camina.