Ruta das Vilas Termais
La Ruta das Vilas Termais de Pontevedra es una propuesta que combina ocio y bienestar con la intención de que las y los viajeros recorran siete localidades bendecidas por las propiedades curativas de sus aguas. Se trata de Caldas de Reis, Catoira, Cuntis, Mondariz-Balneario, O Grove, Ponte Caldelas y Vila de Cruces .
Algunas de las instalaciones termales históricas se han conservado hasta la actualidad y otras han desaparecido debido a las vicisitudes históricas. Sin embargo, su huella permanece en el paisaje, en la arquitectura o en la memoria colectiva.
La Diputación de Pontevedra ha decidido poner en valor este patrimonio con el lanzamiento de una ruta específica identificada en el terreno con paneles informativos dotados de QR. Su interés trasciende el turismo de salud, ya que se configuran como destinos integrales que ofrecen cultura, naturaleza y gastronomía.
Caldas de Reis
Las aguas termales están presentes en la historia de esta villa desde la época de los romanos, conocida como Aquis Celenis. Antiguamente, los cilenos y romanos, asociaban las propiedades curativas de las aguas a un dios, y en este caso era Endovio, que significa "el que calienta".
Además, se encontraron dos aras votivas en las inmediaciones del casco antiguo de Caldas de Reis. La primera fue hallada en el 1798, en la construcción del Balneario Davila, y fue utilizada como tapa de alcantarilla por no saber qué gran descubrimiento albergaba. Fue redescubierta y en 1909 desapareció. La segunda la encontraron en el año 2009, realizando una obra pública, en el muro de una vivienda de más de 130 años.
En la actualidad cuenta con una fuente pública de dos caños construida por el ayuntamiento en el 1881, que mana agua a unos 50 grados. También hay dos balnearios a ambas orillas de río Umia, en pleno núcleo urbano: el Balneario Acuña que muestra un edificio de arquitectura gallega de principios del siglo XX, y el Balneario Davila, que cuenta con un hermosísimo cañaveral con cañas de bambú, único en su género.
Con respecto a Caldas de Reis, su nombre actual tiene origen en el siglo XII, cuando Doña Urraca poseía una torre defensiva en la que pasaba largas temporadas con su hijo Alfonso VII, Rey de Galicia, León y Castilla. Así pasó a denominarse Caldas de Rex, siendo villa de abolengo.
Catoira
Antes de que Catoira se hiciera famosa por las romerías vikingas que cada mes de agosto celebran la llegada de los nórdicos en plena batalla junto a las torres del Oeste, las aguas de Catoira posiblemente recibieron la visita de los romanos.
La villa pontevedresa contó a principios del siglo XX con un célebre balneario y hotel, además de la explotación de las aguas para la fabricación de jabón y sales. La construcción de piedra se situaba en el centro del núcleo urbano, con un modesto edificio de baños de planta baja.
El jabón sulfuroso, hecho a base de las aguas del Laxiña y Recarén, bajo la marca Torres del Oeste, alcanzó fama en tierras internacionales. Las sales que comercializaban también tenían como base estas aguas medicinales. Estos productos recibieron premios en Londres, Roma y Buenos Aires.
A mediados de siglo Ricardo Dios López compró el conjunto, que fue agotando sus recursos hasta que echó el cierre en 1970. El balneario tenía caducadas las licencias y además el caudal y la salubridad del agua ya no eran los idóneos. Recientes estudios han constatado que este pequeño municipio a orillas de la desembocadura del río Ulla está asentado sobre manantiales ricos en aguas termales y probablemente medicinales, concretamente en el lugar de A Lomba, donde se localiza este manantial que emerge a más de 130 metros de profundidad.
Cuntis
El termalismo es una actividad cotidiana en esta villa desde principios del siglo XIX, pero la hipótesis de que los romanos ya utilizaban sus aguas, fue probada al haberse encontrado más de 500 monedas de bronce en el pozo de la Burga Fuego de Dios. Algunos historiadores consideran que existía un centro termal, una mansión denominada Aquae Calidae, capital del pueblo de los cilenos.
Con una composición químico-biológica privilegiada, existen diecinueve burgas de agua mineromedicinal que manan del subsuelo a diferentes temperaturas, que van de los 18 a 59 grados, y con variadas propiedades teraupéuticas.
A comienzos del siglo XIX se creó, a merced de la filantropía de Don Pedro María Cisneros de Castro (conocido también como II Conde de Xiamonde), la Casa Grande de Castro, una de las construcciones señoriales más importantes del núcleo urbano y famosa por facilitar el uso de las aguas a aquellos que no pudieran pagar los baños.
En la Plaza de Galicia posiblemente se irguió la desaparecida Casa-Torre de la Villa del Baño (s. XV), convertida en el lavadero municipal, donde borbotea agua termal.
A mediados del siglo XIX había seis baños en Cuntis, todos ellos en condiciones muy precarias. Será en 1881 cuando entre en servicio el hotel balneario conocido como Baños de la Virgen, que con el del Castro, serán los principales establecimientos de la época. En la primera mitad de siglo XX, los seis baños y las trece fuentes termales de Cuntis, quedan unificadas bajo una misma dirección.
Mondariz-Balneario
El origen de Mondariz-Balneario hay que situarlo en 1873, cuando los hermanos Peinador inician la explotación comercial de las fuentes de Gándara y Troncoso. En ese momento de crecimiento, no solo en cuanto a venta de agua embotellado, sino como elemento de salud y ocio, se inaugura la Casa de Baños en 1880 y en 1898 el Gran Hotel, este último eje central de lo que será un puntero centro balneario durante las primeras décadas del s. XX.
El antiguo edificio del Gran Hotel, mundialmente conocido, acogió a los grandes intelectuales de la Galicia del siglo XIX y principios del XX. Tenía una importante figura hotelera que ofrecía acomodo a huéspedes de toda condición económica y social. Peculiaridades como tener moneda y periódico propios y su marca en el termalismo europeo dieron origen al actual ayuntamiento, que se independizó del de Mondariz en 1924. El rey Alfonso XIII concedió poco después a Mondariz-Balneario el título de Muy Hospitalaria Villa, reafirmando así su singularidad territorial y social.
Los mejores arquitectos de la época, como Antonio Palacios y Jenaro de la Fuente, trabajaron en la construcción de los edificios que en pocos años convirtieron a Mondariz-Balneario en la villa termal por excelencia del noroeste peninsular.
Con el inicio de la guerra civil comienza el declive del complejo y el punto y aparte sufrido en su apasionante trayectoria. Se debió al incendio que destruyó el hotel en 1973. Con la década de 1990, Mondariz–Balneario resurge con una apuesta audaz y muy completa en servicios termales y hoteleros.
O Grove
Una pequeña península que cuenta con un gran patrimonio termal. Al otro lado del puente, la Illa de A Toxa, un enclave paradisiaco donde se encuentran las aguas termales y medicinales. Cuenta la leyenda que el párroco de la iglesia de San Martiño abandonó en la isla deshabitada a su burro, aquejado por una enfermedad de la piel, porque no era capaz de sacrificarlo. Pasado un tiempo el párroco se acercó a la isla para dar sepultura al animal y lo halló vivo y curado, entre lodos calientes que brotaban de la tierra.
La isla tuvo su primera instalación termal en 1842, que consistía en unas barracas en las que se aprovechaban esos fangos termales y las aguas de una forma muy rudimentaria. En 1903 se constituye la "Sociedad Anónima de La Toja", que emprende la construcción del Gran Hotel, diseñado por el arquitecto Daniel Vázquez Gulías, cuya inauguración se lleva a cabo en 1907. En los años 20, ya era uno de los mejores destinos termales de Europa: Gran Hotel, Balneario, fábrica de jabones, villas de alquiler a las que acudía la aristocracia de la época, tres hoteles y un balneario de segunda categoría para los agüistas menos acomodados. Ya en esa época, contaba con todos los atractivos para hacer entretenido el tiempo de ocio: casino, campo de tiro y lugares para la práctica de diversos deportes. En la actualidad dispone de dos balnearios y un talaso.
Ponte Caldelas
El termalismo fue uno de los principales ejes económicos de Ponte Caldelas en el cambio del siglo XIX al XX. Las propiedades de sus aguas se conocían desde la antigüedad, pero el hallazgo de un excelente manantial medicinal en 1877 dio lugar al balneario. La calidad de sus aguas medicinales lo hicieron famoso, pero en 1914 un incendio puso fin a una época dorada en la capital del Verdugo.
Más allá de lo termal, otro elemento fundamental es el puente, construido a finales del siglo XVI, y que en el año 1809 fue testigo de una batalla contra el ejército del mariscal Soult. Ponte Caldelas posee excelentes rincones, plazas y jardines, además de edificios emblemáticos y casas de indianos.
Vila de Cruces
Cuenta la historia que los monjes benedictinos del Monasterio de Carboeiro ya usaban las aguas mineromedicinales de A Brea. Ubicado en la parroquia de Merza, a finales del siglo XIX, llegó la fama a un pequeño recinto en el que recibían a más de 400 personas al año. Así, las instalaciones serán mencionadas por el médico Nicolás Taboada Leal, quien hablaba de su importancia, pero también de su desaprovechamiento.
Y no sería hasta un siglo después cuando se construya el balneario, siendo sus aguas declaradas de utilidad pública en 1994. Este municipio está rodeado de unos espléndidos paisajes, regados por los ríos Ulla y Deza, aunque el paraje más impresionante es la cascada del río Toxa, a muy poca distancia del balneario.