¿Llega el frío? Vámonos de balnearios por Pontevedra

Siguen bajando las temperaturas acorde a la época otoñal y pronto nos acompañará el frío del invierno. Aunque uno de los mayores atractivos de As Rías Baixas son sus playas para disfrute en la época estival, darse un chapuzón no es sólo cosa del verano. Hablamos de los balnearios, pues otro de los encantos de la provincia de Pontevedra son sus aguas termales, y no en vano, pues Galicia se sitúa entre los primeros puestos en cuanto a turismo termal se refiere.
Son muchos los municipios que cuentan con este tipo de espacios, y en los últimos años se están convirtiendo en una actividad muy popular. La propia Diputación de Pontevedra promueve anualmente plazas para la ciudadanía para acceder más fácilmente a este tipo de complejos con su programa "DepoTermal". Quienes deseen participar han de estar pendientes de las diferentes convocatorias.
Para el resto de personas interesadas mostramos algunas de las villas que disponen tanto de termas como de balnearios.
Comenzando por el norte de la provincia, Vila de Cruces posee un balneario cuyas aguas de brea ya eran aprovechadas por los monjes benedictinos del monasterio de Carboeiro. La popularidad de las termas aumentó a finales del siglo XIX, aunque no sería hasta un siglo después cuando se construyó el propio balneario.
Por su parte, Cuntis cuenta con varios de estos complejos, incluido el más grande de Galicia, el Hotel Balneario. Esta es una tierra cuya tradición termal se remonta a la época romana y que a partir del siglo XVII vivió su propio renacimiento. En el XIX se incluiría una dirección médica y a principios del mismo siglo contaría con el balneario de La Virgen.
Un poco más al sur está el municipio de Caldas de Reis, con dos importantes balnearios. El primero, Dávila, fue construido por el escribano Joaquín Dávila Mariño en 1780 y es el más antiguo de la provincia, aunque tuvo diversas reformas posteriormente. El segundo, Acuña, tardaría unos años más en levantarse, siendo fundado en 1812.
Una actividad para la época invernal que, además de ser un placer para los sentidos, ofrece múltiples beneficios tanto a nivel físico, estético como psicológico
Si antes mencionábamos el más antiguo o el más grande, el Balneario de La Toja, en O Grove, es posiblemente uno de los más populares y que más nos suenan sobre este tipo de actividad. Parte de su encanto reside posiblemente en su ubicación, situado en un espacio envidiable, en una pequeña isla de la ría de Arousa.
Si seguimos bajando por la provincia llegamos a Mondariz–Balneario. Como se puede intuir por su nombre, representa otro de los destinos populares para este tipo de ocio en la provincia. Son varias las entidades en la localidad que ofertan servicios alrededor de este tipo de recreo y que durante años gozaron de la confianza de personajes ilustres, como la reina Isabel de Portugal, Emilia Pardo Bazán o Castelao. Si el anterior destacaba por situarse en una isla, en este caso es la arquitectura modernista que emana de la mayoría de sus edificios la que dota de un encanto especial a la ciudad, con una estructura de finales del XIX bajo el estilo del art nouveau. Mondariz Balneario procede de 1873, el Gran Hotel Sanatorio de 1909–1915, el edificio La Baranda de 1910 y el templete sobre la fuente Gándara de 1909.
Al lado del Miño, Tui también cuenta con aguas termales cuya importancia fue plasmada en la obra Historia universal de las aguas minerales de España del siglo XVII. En 1869 se declararon de utilidad pública y posteriormente se construiría un hotel balneario.
Esta lista podría aumentar con más destinos. Sin duda alguna, su oferta se ha visto mejorada gracias a los avances tecnológicos con servicios de spa, entre otros, y que toda localidad puede aprovechar. Además de ser un placer para los sentidos, ofrecen múltiples beneficios tanto a nivel físico, estético como psicológico.